jueves, 16 de junio de 2011

Logro desbloqueado: El lado ridículo de la luna

La noche de ayer quedé maravillado con dos cosas: Los juegos casuales y hasta ridículos del Kinect y lo divertido que se vuelven cuando la técnología, entiéndase internet, hace su parte.
Desde que compré mi kinect, a principio de año, no había dedicado más de 15 minutos a jugar aquel primer juego (de muchos) que promete divertirte 100% sana sin apretar un sólo botón de algún control saturado de botones: Kinect Adventures. Ya tenía algún tiempo que estaba planeando pararme frente a la tele y ver con detenimiento que tantas monerías contenía el juego en cuestión y de paso, expulsar un poco de la grasita diaria que se aloja en mi cuerpecillo al mismo tiempo que le quitaba lo oxidado a mis brazos y piernas.
Después de 5 minutos de juego, sentí aquella placentera sensación de mover el cuerpo después de un día de estar sentadote frente a una máquina más de 5 horas. Poco a poco fuí desbloqueando logros en el juego hasta que conseguí unas divertidísimas "estatuas vivientes": El mini juego (por llamarlo de alguna manera) consite en bailar y cantar frente a la revolucionaria cámara, mientras esta graba dichas acciones y las representaba fielmente en un grupo de avatares que, sobre un "escenario" simulaban un grupo músical tipo "Back Street Boys" (esto por ser puros personajes masculinos). Dediqué más de 15 minutos a lo que sólo iba a durar 9 segundos, pues después de la primera grabación, comencé a planear una coreografía más ridícula, así como una canción más populachera, por su puesto, todo pensando en mi Chiquitín. Después de varios intentos, todo terminó en una canción bautizada como "Pablito Bailarin", que no era más que un homenaje (que no copia) de un éxito del tan querido Cri-cri.
Pero la cosa no terminó ahí. Cuando el aparatejo me dió la opción de "compartir" mi creación en la super carretera de la información el asunto se puso más divertido. Mis ridiculeses no sólo las iba a disfrutar yo, sino todo aquel al que quisiera presumirselas al día siguiente desde la máquina de mi trabajo.
Sín la conección Xbox-Internet ese mini juego no hubiera sido tan divertido como terminó siendolo. Ahora sólo espero que llegue el fin de semana para grabar el segundo exito (dedicado a mi bebé, por supuesto) de la banda virtual que surgió un martes por ahí de las 11 de la noche en la sala de mi nidito de amor: Roy Fotochop y sus Pixeles Muertos.

P.D. El primer sencillo ya puede escucharse (y verse) en youtube.

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