Estas últimas semanas nos ha traido el Chiquitín comiendo de su manita con su nueva gracia: Sus primeras palabras. La primera fue "mamá", de las siguientes no se exáctamente como fueron apareciendo en orden cronológico: "papá", "go" (que significa pelota, más específicamente 'gol') y "coyo" (que significa Pocoyó".
Hace unos días presumía en las redes sociales que por fin tenía el privilegio de que mi hijo me llamara "papá" y en la plática con un amigo caí en cuenta que casí al mismo tiempo que descubrió esa palabra, descubrió la de "coyo". Mi amigo me preguntaba si notaba que el pequeñin tuviera preferencia por alguna, o repitiera una más que otra. En ese momento recordé que, efectívamente, lo escuchaba decir más "coyo" que "papá", lo que me hizo asegurar a mi amigo que, de ese día en adelante me pondría las pilas (principálmente en fines de semana) para que la segunda palabra más pronunciada de mi hijo fuera la que hace referencia a mi.
De ese suceso ha pasado casí una semana, y tengo que aceptar que no parece que esté logrando mi objetivo. El monigotito azul me lleva una buena ventaja.
Antes de terminar la charla con mi amigo me ofrecio que si yo quería "El se encargaba de borrar del mapa al susodicho contrincante". Creo que debí haber aceptado sus servicios.
jueves, 6 de octubre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
Logro desbloqueado: Su primera palabra.
Creo que el sueño de todo padre es que, la primera palabra de nuestro hijo sea "Papá" o "Mamá". Siempre me pregunté si realmente uno podría presenciar el momento exacto en el que un bebé dice su primera palabra, después de todo llega una edad en la que dicen kilos y kilos de frases totalmente inentendibles, muchas de ellas sobrenombres (por decirlo de alguna manera) que utilizan para referirse a algún objeto en especial. Desde hace unos días nuestro Chiquitín empezó a repetir como periquíto lo que facilmente podríamos llamar su primera palabra. Al principio no respetaba el número correcto de silabas de dicho término y se extendía hasta donde el aire le permitía. En los últimos días ha comenzado a pausar más sus sonidos y de paso robarnos muchímas sonrisas al escuchar claramente el primer vocablo entendible de nuestro Chiquitín. Mi Maridita debe sentirse como pavoreal: Lo que comenzó como un "mamamamamamamamama", poco a poco se ha convertido en un "mamá"
lunes, 19 de septiembre de 2011
Logro desbloqueado: Bebé caido
Todo mundo nos advirtió que algún día nos pasaría, y ese día fue hoy: Se nos cayó el Chiquitín de la cama. Seguro que esos golpes le han de doler igual tanto al bebé como a los papás. En ese momento intentas acordarte de los consejos que todo mundo te da para esa situación. Por supuesto ninguno te llega claramente. En un principio todo se limita a los abrazos, a revisar su cabecita y pedirle disculpas por haberlo descuidado. En nuestro caso la gradual disminución del llanto y la inexistente "salida de algo de su cabecita" (como diría mi jefa) hizo menos alarmante la experiencia. Un poco de paracetamol, una sobadita a su golpe y más abrazos llevaron al pequeño a que cambiar las lagrimitas por los bostezos y la pose de "Quiero volverme a dormir". Una hora después el Chiquitín llegó a casa de sus abuelos dispuesto a jugar con todos los juguetes de su prima que se encontrara enfrente. Afortunadamente el incidente no terminó en algo grave, y tal y como todo mundo te lo dice: "Después de está ya tendrás más cuidado".
jueves, 15 de septiembre de 2011
Logro desbloqueado: Atrápame si puedes, papá.
Nuestro Chiquitín tiene un par de semanas que es un experto en el arte del gateo. Claro que junto con esta novedad, viene una responsabilidad por parte de los papás. Mi pequeño tiene un ojo de aguila para encontrar esas pequeñas basuritas que lograron escapar a la escoba y al trapeador, así que últimamente gusta de tomar con sus pequeñas manitas esos residuos y casí mecánicamente echarselo a la boca. El 99% de las veces hemos logrado frustrar la acción (o eso creemos) y el ritual casi siempre es el mismo: El chiquitín se acerca a su objetivo, lo toma en su manitas a lo que procede que intentemos retrasar su objetivo llamandolo por su nombre, voltea a vernos de reojo e inmediatamente procede a correr (o lo que piernitas y manos le permiten como medio de escape) mientras se rie. No debería ser gracioso, pero, ¿de que otra forma podría tomarse el ver como tu bebé de 11 meses intenta huir de tus manos al saber que le vas a impedir saborear ese objeto que encontró tirado y que a lo mejor tendría un sabor a leche bebuna?.
lunes, 15 de agosto de 2011
Logro desbloqueado: El instinto animal.
La llegada de un bebé te abre un mundo totalmente nuevo, y ver como se aplica esto a distintas personas es algo alentador. Escuchando musica de fondo mientras trabajaba comenzó a sonar una canción de The Cranberries. Intentando buscar una breve historia sobre ella me encontré con un texto que hablaba sobre las canciones que la vocalista Dolores O'Riordan había escrito para su hijo Taylor: You and Me y The Animal Instinct. La primera de ellas es una letra tierna en la que la autora agradece a su pequeño el cambio que le dió a su vida. La segunda es una pieza más personas sobre lo que es capaz de hacer una madre por su hijo. No se si parte de la letra sean sucesos que Dolores haya vivido, ni sí las imagenes del video sean escenas de su etapa como Madre, pero si algo deja muy en claro es que, aunque los padres también tenemos ese instinto animal, son ellas las que están todo el tiempo alerta dispuestas a saltar contra lo que sea con tal de defender a su pequeño.
Todo padre desea algún día demostrarle a su hijo lo importante que ha sido en su vida personal. Dolores ya lo hizo, y que afortunado este joven de nombre Taylor de saber que existe una canción que no sólo lo mencona, sino que además es autoría de la mujer que lo trajo al mundo. Yo aún no le escribo una canción al mio, y no se si lo haré, pues no es mi fuerte, pero quizá un dibujo si pueda dedicarle, y ojalá ese sea sólo el principio de un grupo de creaciones dedicadas a mi Chiquitín.
miércoles, 29 de junio de 2011
Logro desbloqueado: Más humana que los humanos.
Tengo la enorme suerte de trabajar desde hace más de 5 años para editorial Richmond. El ritmo de trabajo con ellos es muy variado, en un principio me enviaban material para ilustrar por lo menos cada semana. Desde que entré a trabajar a la agencia se redujo el trabajo. El limitado tiempo que ahora puedo dedicar a la freelanceada es el principal obstaculo. Desde el primer día que llamé a la editorial para ofrecer mis servicios he tratado con la misma editora, quien forma parte de mi lista de contactos en el MSN, ya que es la mejor herramienta para estar en comunicación de manera rápida. Suena feo, pero cada vez que la editora me saluda es para ofrecerme algún trabajo. Hace unos días, mientras trabajaba, se abrió una ventana del MSN. Era la editora, por lo que inmediatamente agradecí que, después de unos meses, me ofreciera un trabajo. Comenzó con su saludo habitual, continuó preguntandome sobre mi hijo, sobre mi esposa y terminó felicitandome por la enorme fortuna de tener una familia. Después de 10 minutos la "plática" terminó. Nunca llegó ese encargo laboral que había estado esperando. Tenía tan metida la idea del trabajo que mi cerebrito tardó en darse cuenta del detallazo que acababa de vivir: Una persona dedicandome algunos minutos de su valioso tiempo para preguntar sobre mi familia. Gracias Marisela Pérez.
viernes, 24 de junio de 2011
Logro desbloqueado: Mi pequeña sombra
No voy a decir que cada que veo a un niño con su papá lloró como Magdalena, pero si puedo decir que hay cosas que sé que, antes de ser papá, no hubieran tocado mi corazoncito ni en lo más mínimo.
Soy una persona que cree que la mejor manera de trabajar es con música de fondo, y cuando de verdad quiero concentrarme me gusta poner la opción de "shuffle" en el iTunes. Esta opción me permite re-escuchar canciones que, aunque al principio no son de mi agrado, el oirlas una segunda vez y sin planearlo hacen que les tome más cariño; así mismo puedo oir canciones que a veces ni recordaba que tenía en mi lista de música. El día de antier, mientras me peleaba con el Illustrator comenzó a sonar una melodía tranquila con toques de canción de cuna (o eso detectó mi oido), y, cosa extraña, empecé a poner atención a la letra. Tengo algunos problemas para traducir el ingles hablado, así que no siempre entiendo de que habla una canción hasta que no busco la letra, sin embargo esta vez la letra me resultaba sencilla de traducir. Hablaba sobre alguien que preguntaba a una pequeña sombra "si la seguiría hasta la noche". Inmediatamente relacioné la palabra "little shadow" con un niño (con mi niño) y la frase "will you follow me?" con la incognita de qué tanto me costará ganarme la confianza de mi hijo.
Por la voz que soltaba tan llegadoras palabras supe que estaba oyendo a los Yeah Yeah Yeahs. Repetí la canción por lo menos 5 veces mientras miraba la foto de mi Chiquitín e imaginaba como plasmar en papel la escena de un padre pidiendo a su hijo que lo tomara de la mano para caminar junto a él. Antes de comenzar a bocetar quise investigar el origen de la canción para saber si realmente Karen O hacía referencia a un niño al mencionar a la "pequeña sombra". Después de buscar durante un rato sólo encontré el comentario de un cibernauta mencionando que en una entrevista la vocalista había dicho que ella tenía un gato llamado Shadow y había querido cantarle. Pero como el mismo cibernauta dijo: ¿No es eso el mismo principio de una madre hablandole a su hijo?.
El boceto ya está en trazo, espero (ahora si) terminarlo, presumirlo en mi blog de ilustraciones y contar una historia similar a esta. Mientras eso sucede, procuro que los Yeah Yeah Yeahs interpretan su canción de cuna en mi máquina más a menudo, logrando la misma reacción que la primera vez: Mirar el rostro de mi hijo plasmado en papel fotográfico, sonreirle, imaginarnos en escenarios de gráfico y texturas azulosas y retener esa lagrimita que, aunque omití mencionarla, también aparecío aquel día que me peleaba con Illustrator.
Soy una persona que cree que la mejor manera de trabajar es con música de fondo, y cuando de verdad quiero concentrarme me gusta poner la opción de "shuffle" en el iTunes. Esta opción me permite re-escuchar canciones que, aunque al principio no son de mi agrado, el oirlas una segunda vez y sin planearlo hacen que les tome más cariño; así mismo puedo oir canciones que a veces ni recordaba que tenía en mi lista de música. El día de antier, mientras me peleaba con el Illustrator comenzó a sonar una melodía tranquila con toques de canción de cuna (o eso detectó mi oido), y, cosa extraña, empecé a poner atención a la letra. Tengo algunos problemas para traducir el ingles hablado, así que no siempre entiendo de que habla una canción hasta que no busco la letra, sin embargo esta vez la letra me resultaba sencilla de traducir. Hablaba sobre alguien que preguntaba a una pequeña sombra "si la seguiría hasta la noche". Inmediatamente relacioné la palabra "little shadow" con un niño (con mi niño) y la frase "will you follow me?" con la incognita de qué tanto me costará ganarme la confianza de mi hijo.
Por la voz que soltaba tan llegadoras palabras supe que estaba oyendo a los Yeah Yeah Yeahs. Repetí la canción por lo menos 5 veces mientras miraba la foto de mi Chiquitín e imaginaba como plasmar en papel la escena de un padre pidiendo a su hijo que lo tomara de la mano para caminar junto a él. Antes de comenzar a bocetar quise investigar el origen de la canción para saber si realmente Karen O hacía referencia a un niño al mencionar a la "pequeña sombra". Después de buscar durante un rato sólo encontré el comentario de un cibernauta mencionando que en una entrevista la vocalista había dicho que ella tenía un gato llamado Shadow y había querido cantarle. Pero como el mismo cibernauta dijo: ¿No es eso el mismo principio de una madre hablandole a su hijo?.
El boceto ya está en trazo, espero (ahora si) terminarlo, presumirlo en mi blog de ilustraciones y contar una historia similar a esta. Mientras eso sucede, procuro que los Yeah Yeah Yeahs interpretan su canción de cuna en mi máquina más a menudo, logrando la misma reacción que la primera vez: Mirar el rostro de mi hijo plasmado en papel fotográfico, sonreirle, imaginarnos en escenarios de gráfico y texturas azulosas y retener esa lagrimita que, aunque omití mencionarla, también aparecío aquel día que me peleaba con Illustrator.
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